fbpx

Blog

Origen y significado de la bandera asturiana

Por Denis Soria

Es el símbolo más poderoso de Asturias, el que nos hace visibles como pueblo, como identidad. Mostrada con orgullo en viajes y celebraciones, nunca fue difícil reconocer el coche de un asturiano, pero pocos conocen su historia…

Bandera asturiana. Fotografía: EL COMERCIO

 

¿Cuándo se crea la bandera de Asturias?

En 1794, cuando el Marqués de Camposagrado consultó a Jovellanos sobre el escudo que debía portar el regimiento de nobles asturianos. En una carta expuesta actualmente en la Junta General, el ilustrado propone el emblema de los reyes astures empleado antes de mudar la capital a León: la Cruz de la Victoria.

Era esa misma cruz de madera que portó Pelayo, según la leyenda, en la batalla de Cuadonga y que Alfonso III había mandado recubrir de oro y piedras preciosas en el año 908. Esa misma que desde hace más de mil años se conserva en la catedral de Oviedo/Uviéu y que está representada en varios edificios prerrománicos. ¡Ojo! El reino de Asturias nunca había tenido una bandera, pues los emblemas eran símbolos que se identificaban únicamente con los reyes. Es a partir del siglo XVIII cuando comienza a fraguarse la idea de que la nación transcendía al monarca.

Basta pues para fixar el blasón de Asturias haber indicado la insigna de que nuestros reyes usaron como divisa propia. Fundado el reyno de León esta divisa se hizo si no más propria, más peculiar de Asturias (…)

 

¡El omega siempre minúscula!

Las letras alpha y omega que cuelgan de sus brazos simbolizan el principio y fin de todas las cosas, la eternidad.

[Apocalipsis, 1-8: “Yo soy el Alpha y el omega, dice el señor Dios; el que es, el que era, el que viene, el todopoderoso”.]

Lo que a la mayoría se le escapa, incluso a Jovellanos, es que el omega SIEMPRE debe ser minúscula, pues así figura en todas sus representaciones durante el reino de los astures. No obstante, el error de poner ambas letras en mayúscula ha sido muy recurrente a lo largo del tiempo.

Inscripción del palacio de Alfonso III (Oviedo/Uviéu)

 

El color de la bandera es azul… o rojo

Jovellanos recoge ambos colores como válidos, aunque la oficial solo reconozca el azul.

«(…) pudiera serlo también en representación y colocarse en campo de gules o encarnado según Díaz del Valle.»

Sala Constitución de la Xunta Xeneral d’Asturies. Fotografía: Xunta Xeneral d’Asturies

La primera vez que se izó fue…

El 25 de mayo de 1808, en plena invasión francesa. Ese día la Xunta Xeneral de Asturias se proclama soberana, declara la guerra a Napoleón y crea el Exército Defensivo Asturiano, para el que necesitaban dotar de una bandera. La Xunta echa mano entonces del informe de Jovellanos, optando por el color azul y añadiéndole el lema «Asturias nunca vencida».

Posteriormente, la “azuleste” -como la llamaría el escritor Fernán Coronas- sería empleada tímidamente en los escudos de la autoridad provincial desde 1857, aunque consta su uso en celebraciones y mítines durante todo el siglo XIX y principios del XX. Llegada la Guerra Civil, la cruz y el león serán reproducidos en los emblemas del Consejo Soberano presidido por Belarmino Tomás.

Milicia provincial de Oviedo/Uviéu (“La Asturias Guerrera”, J.E.Casariego).
Vidrieras de la Xunta Xeneral. Fotografía: Xunta Xeneral d’Asturies.

 

¿Y en democracia?

La primera bandera de Asturias exhibida tras la dictadura franquista fue confeccionada en 1976 por Amelia Valcarcel, quien afirmó portarla por primera vez en el Día de la Cultura celebrado en la carbayera de Los Maizales.

Al año siguiente, un 21 de abril de 1977, Avilés se convertiría en el primer conceyu que izó la bandera asturiana oficialmente, gracias a la iniciativa del colectivo asturianista Conceyu Bable. Finalmente, La oficialidad para la bandera no llegará hasta la aprobación de la Ley de la bandera de 1990.

 

«Bable a la escuela, autonomía rexonal», manifestación del 22 de xunu del 1976.

5 cosas que ver en Mieres

Te proponemos cinco cosas que ver en Mieres, la capital de la cuenca minera del Caudal y el sexto conceyu más poblado de Asturias. Y sí, tienen perru…

 

1. El Requexu

Si queréis saber de min

Toi na plaza de Requexu.

Soi de Mieres, soi de Mieres

Soi de Mieres del Camín

Si pasar pases per Mieres

Tengo invitate a un culín.

(popular)

Si andas con secañu, acercarse a esta plaza tan coqueta es ir a lo seguro. Situada en Mieres del Camín, la capital, cualquiera de sus sidrerías ofrece la posibilidad de tomar un culín y de disfrutar del baturiciu entre la arquitectura tradicional mejor conservada de la villa. Aunque si lo que quieres es comer a Dios por una pata, en Ca Laura podrás fartucar por un precio muy razonable.

Desde 1982, el monumento que corona la plaza no podría ser otro que El escanciador de sidra, una escultura en bronce de enorme realismo que representa al típico echador asturiano, obra del mierense Manuel Félix Magdalena. Por cierto, lo de Mieres “del Camín” no es casualidad, pues la localidad es punto de paso del camino de Santiago. La iglesia parroquial de San Xuan, justo al lado del Requexu, de estilo neobarroco, fue construida por Enrique Rodríguez Bustelo, en 1931.

2. Valdecuna

Viḷḷar (Gaḷḷegos). Fotografía: Turismo Asturias
Santuario de San Cosme y San Damián (Insierto). Fotografía: Turismo Asturias

El Valle del Cuna está formado por las parroquias de Cuna y Gaegos y por él discurre el río Cuna, pero la “capital” del valle siempre ha sido Cenera, a 5 km de Mieres del Camín, por lo que para muchos siempre será el Valle de Cenera. Se trata del valle más señorial del conceyu, por lo que está repleto de palacios (como los de El Vaitu, el de Viade o los de “Arriba” y “d’Abaxo” de Cenera) y de pequeños pueblos de enorme interés etnográfico que podemos conocer en coche o a pie: Vistrimir, Canga, Villar, Miruxeo o Gaegos, este último declarado “pueblu más guapu d’Asturies” en 1974 y que cuenta con un estupendo museo etnográfico. También merece la pena visitar “la panerona” de Cenera, que acoge el Museo costumbrista Benjamín Pumarada.

Dentro de su patrimonio religioso, sobresale el santuario de los Mártires Cosme y Damián (en Insierto) y, cómo no, la Romería de los Mártires de Valdecuna. Se celebra cada 27 de septiembre y que es una de las más conocidas de Asturias.

3 Vae de Turón

Valle de Turón. Fotografía: Conceyu de Mieres
Pozu Espinos. Fotografía: Territorio Museo

Situado a menos de 10km de Mieres del Camín, el paisaje del valle de Turón es un equilibrio perfecto entre patrimonio natural e industrial, el cual comprende un interesante conjunto de castilletes mineros de gran interés, entre los que destacan: San José, Santa Bárbara y Pozu Espinos. El Pozu Espinos, construido en 1902, es considerado el segundo más antiguo de España y es visitable. Además, es posible enlazarlo con la Vía Verde de Turón, enmarcada dentro del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras.

VISITAS

  • Sábados, Domingos y festivos: visitas organizadas desde el Centro de Interpretación.
  • Días laborables: con reserva previa a partir de 4 personas.
  • Grupos: visitas a la carta bajo reserva.

Contacto

Tlfn: 985422185
Correo: [email protected]

 

4. Pobláu mineru de Bustiello

Centro de Interpretación del Pobláu de Bustiello. Fotografía: Territorio Museo

El pobláu de Bustiello fue levantado entre 1890 y 1925 por el Marqués de Comillas y constituyó uno de los mejores ejemplos del llamado “paternalismo industrial”. Desde el centro de interpretación realizaremos un recorrido por los antiguos chalets (la casa de Don Isidro), la iglesia, el casino, el sanatorio o los antiguos alojamientos para ingenieros y obreros, adscritos a un estilo arquitectónico y una planificación poco usuales en la arquitectura industrial asturiana.

VISITAS

  • Hasta 3 personas: 5 € / persona
  • De 4 a 19 personas: 4,50 € / persona
  • A partir de 20 personas: 4,00 € / persona

Contacto

Tlfn: 985422185
Correo: [email protected]

5. Mirador del Picu Siana

Este mirador se encuentra en el Picu Siana (613 m), a menos de 4 km de la villa de Mieres (unos 10 minutos en coche). No obstante, también podemos ascender a él desde Ablaña a pie por la ruta senderista de El Llusuriu (689 m). Las vistas son como para terminar de enamorarse de Mieres, aunque además de la villa alcanzaremos a ver también las cumbres de los conceyos de Ḷḷena y Ayer, incluso la mismísima ciudad de Oviedo/Uviéu, con su Monte Naranco…

4 visitas en asturiano para disfrutar noviembre

«Ser Asturianu» consolida su programa de visitas guiadas en asturleonés con una ruta por cada sábado del mes de noviembre.

El éxito de las rutas en asturiano por Oviedo/Uviéu de los últimos dos meses garantiza su incorporación definitiva a la oferta de ocio en la capital asturiana. Tanto paisanos como visitantes muestran cada vez más interés por unas actividades cuyo atractivo reside en conocer la cara más auténtica de Asturias, alejada de tópicos y complejos. Además, el uso de la lengua asturiana, lejos de ser un obstáculo para seguir la visita, se ha convertido en toda una experiencia de inmersión en la que poder acercarse a la cultura y la historia de los asturianos de manera fresca y desenfadada.

Todas las visitas están dirigidas por Denis Soria, guía oficial de turismo de Asturias.

SÁBADO 9: RUTA DE LA REVOLUCIÓN D’OCHOBRE DE 1934

Fechas y horarios

– Sábado 9 de noviembre, 18h

Punto de encuentro

Parque de El Campillín (Uviéu/Oviedo).

Tarifas y reservas

– Adultos: 5€

– Menores de 12 años: Gratis

Para apuntarse es imprescindible reservar con antelación en el correo electrónico [email protected]

SÁBADO 16: LA CATEDRAL NA LLITERATURA ASTURIANA

Fechas y horarios

– Sábado 16 de noviembre, 11:30h

Punto de encuentro

Plaza de Alfonso II (Uviéu/Oviedo).

Tarifas y reservas

– Adultos: 10€, incluye precio de entrada a la catedral (7€)

– Menores de 12 años: Gratis

Para apuntarse es imprescindible reservar con antelación en el correo electrónico [email protected]

SÁBADO 23: PRERROMÁNICU DEL NARANCO

Fechas y horarios

– Sábado 23 de noviembre, 11h

Punto de encuentro

Centro de Interpretación del Prerrománico (Antiguas Escuelas de Naranco, Uviéu/Oviedo).

Tarifas y reservas

– Adultos: 8€

– Menores de 12 años: 3€

Para apuntarse es imprescindible reservar con antelación en el correo electrónico [email protected]

SÁBADO 30: RUTA DE LA REVOLUCIÓN D’OCHOBRE DE 1934

Fechas y horarios

– Sábado 30 de noviembre, 18h

Punto de encuentro

Parque de El Campillín (Uviéu/Oviedo).

Tarifas y reservas

– Adultos: 5€

– Menores de 12 años: Gratis

Para apuntarse es imprescindible reservar con antelación en el correo electrónico [email protected]

5 tradiciones asturianas de la Noche de Ánimas

Repasamos los mitos y tradiciones más comunes en Asturias anteriores al Halloween

Hace no tanto las tradiciones eran un importante elemento de identidad, de refuerzo de una comunidad normalmente agrícola. Es lógico que con el refalfiu del Halloween a muchos nos asalte una sensación de vacío ante una celebración cuya única finalidad, después de todo, es el consumo y la ostentación. Y es que nuestra sociedad aún no tiene los dos pies fuera de ese mundo campesino, un mundo marcado por el ritmo de las estaciones. Así, sabemos que los gaélicos (irlandeses) conmemoraban, tras la cosecha, el Samain (literalmente, el «final del verano»). Y aunque se presupone que otros pueblos célticos contaban con festividades similares, no hay documentación muy extensa al respecto. Por otro lado, Manuel P. Villatoro señala que los romanos, también un pueblo indoeuropeo, honraban ese día a la diosa Pomona, la deidad del otoño y de las manzanas. Con el Papa Gregorio III vino la cristianización, trasladando la festividad de los «Mártires Cristianos» (Todos los Santos) al 1 de noviembre, para hacerla coincidir con la fiesta pagana. Esto es, «All Hallow’s Eve», abreviada como Halloween, sería la traducción al inglés de lo que nosotros llamamos «víspera de Todos los Santos», una celebración cristiana salpicada de tradiciones de origen pagano más o menos similares en toda Europa.

La cosa no quedaría en un simple anglicismo si no fuese porque la festividad que -literalmente- se nos vende no es sino un remake comercial fruto del cine y el marketing, alejado de las tradiciones del Oíche Shamhna o Halloween llevadas a Norteamérica por los emigrantes irlandeses. Y ya no digamos de las propias. Pese a todo, la resistencia a esta cultura manufacturada no siempre está exenta de contradicción. De hecho, en los últimos años se ha instalado la moda de enmascararlo bajo el nombre de Samaín, como pretendiendo dotarlo de mayor autenticidad, pero pasándose por el arco del triunfo la tradición asturiana. ¿Acaso llamarlo en irlandés nos resulta menos ajeno que hacerlo en inglés?

Ponerse a la defensiva tampoco es una opción. Si Halloween ha venido para quedarse, aprovechar su tirón podría ser una oportunidad para reinterpretarlo en clave asturiana, y recuperar así una parte de una parte de nuestro patrimonio hoy cercano a la desaparición. Lo contrario será como empeñarse en luchar contra un fantasma.

Aquí te traemos algunos mitos y tradiciones asturianas de la Nueche d’Ánimes o la viéspera de Tolos Santos recogidas por el etnógrafo Alberto Álvarez Peña.

 

1. L’AMAGÜESTU DE DIFUNTOS

El cementerio de Banduxu aún sigue decorándose con dibujos de flores el día de Tolos Santos (Fotografía: David Tuñón).

Una de las costumbres más arraigadas consistía en hacer amagüestos, una reunión que, si bien se repetía lo largo del otoño y el invierno, la solemnidad de la víspera de Tolos Santos obligaba dejar un puñado de castañas bajo un tapín de hierba, para aplacar el hambre de los difuntos. En este sentido, si restallaba alguna castaña, significaba que un ánima había conseguido salir del purgatorio. La tradición de dejar comida o agua en la puerta de las casas y los camposantos tuvo continuación hasta la década de 1940, al igual que la celebración de banquetes sobre las tumbas de los antepasados, tal y como sigue haciéndose hoy en México durante el Día de Muertos. Hablamos de rituales, sin embargo, tan antiguos y extendidos como perseguidos, ya desde tiempos de Alfonso X «el sabio».

«Pero aún hasta hace poco, en la Montaña, que es lo mismo para el caso que en Asturias, a las diez de la mañana de ese día se ponían en las tumbas las ofrendas «consistentes en sebosos cuartos de carnero, rancio vino de Málaga y panes de dulce álaga»» (Domingo Cuevas, Antaño, 1904)

 

2. AFURACAR CALABACES

Expo «calabaces y calaberes». Fotografía: Xardín Botánicu de Xixón

La costumbre de vaciar calabazas (nabos, mucho antes que la hortaliza americana) está ampliamente registrada en todo el norte de España hasta la segunda mitad del siglo XX. La tarea correspondía a los niños, quienes colocaban este calabazón iluminado con velas en las puertas y ventanas o en las encrucijadas de caminos, donde se supone que se aparecen las ánimas.

 

3. LA GÜESTIA

Por aquellos lares podía uno encontrarse fácilmente con los espíritus, pues durante la Nueche d’Ánimes la frontera entre el mundo de los vivos y de los muertos se desdibujaba por unas horas. El peor infortunio para el caminante era toparse con la Güestia, una «hueste» o procesión de almas en pena. Nada de lo que los muertos ofreciesen podía aceptarse, pues ello conllevaba convertirse también en difunto y vagar con ellos por toda la eternidad. De igual manera, tampoco convenía contrariarlos. Si convidaban a comida lo mejor era simular que se masticaba, de lo contrario no habría sal de frutas capaz de aplacar tan fatal destino.

 

4. LA MAR QUE DEVUELVE A LOS MUERTOS

En algunos pueblos pesqueros, como en Cuideiru, no se podía salir a faenar. Los pixuetos preferían arriar las velas y quedar en tierra esa noche ante el temor de que al recoger las redes éstas saliesen repletas de los huesos de aquellos marineros que habían perecido ahogados. Aunque no era el único peligro con el que se podían encontrar:

«Antiguamente los pescadores de Cudillero no salían a la mar la noche de todos los Santos ni la del día de la Encarnación. Pero una vez, la noche de todos los Santos, salieron dos lanchas a la pesca y al pasar frente a la concha de Artedo, vieron que, sobre el agua, casi a orilla de tierra, ardían muchas luces. Los marineros enfilaron las proas de sus lanchas hacia aquellas luminarias y rema que rema, porque allí las olas rompían con mucha fuerza, llegaron allá y vieron llenos de miedo, que las luces eran producidas por huesos que había puesto allí la Güestia».

(Aurelio del Llano, Del folckore asturiano, 1977)

 

5. L’AGUINALDU

Niños pidiendo l’aguinaldu en Robléu (Cerecea, Piloña). Año 1930.

Nada de ese fusilable «truco o trato». Los dulces había que ganárselos, como en Antroxu, por lo que los chavales salían con las caras embadurnadas de ceniza -sin disfrazarse- a pedir cantando por las casas, donde la recompensa solía consistir en chorizo, longaniza, castañas o avellanas. Y si había suerte, algún frixuelu (el terror de Pablo Casado).

«Queden con Dios señores
Nosotros con Dios nos vamos
Hasta l’añu venideru
Qu’en so casa mos veamos»

Por el contrario, si no recibían nada:

«Allá arriba n’aquel altu
Hai un perru cagando
Pa los amos d’esta casa
Que nun me dan aguinaldu.»

 

 

¿Por qué Asturias es un Principado?

Muchos asturianos piensan que el título tiene que ver con el reino de Asturias, pero la causa real es mucho más humillante
 

 

Ni Pelayo ni los reyes asturleoneses tienen que ver con el origen de un título que se remonta al siglo XIV, mientras Europa se desangraba por la Guerra de los 100 años. Asturias era entonces un territorio más del reino de León, integrado ahora en la Corona de Castilla. Y en medio de este jaleo nacerá nuestro protagonista, Alfonso Enríquez, hijo bastardo de Enrique de Trastámara, cuya crianza había sido confiada a Rodrigo Álvarez de las Asturias, uno de los nobles más poderosos de su tiempo. Su padrastro acabaría encariñándose con él, y le hará heredero del condado de Noreña, de Xixón, y de casi tres quintas partes de Asturias, junto con algunas posesiones en tierras de León.

Entretanto, había en Castilla dos hermanos enfrentados por el trono, Enrique y Pedro I (el cruel), que no paraban de buscarse las espaldas. Y no es una forma de hablar. Enrique logrará imponerse tras coser a Pedro a puñaladas (lo que en Asturias conocemos como «hacerse un Tomasín«), un suceso que vendría a abrir la puerta a Alfonso para convertirse en heredero, poniendo su espada al servicio del ejército castellano y buscando el favor de su padre con sus valerosas hazañas en Andalucía y Portugal. Pero éste tenía otros planes. Para firmar la paz con Portugal, Enrique II le prepara la boda con Isabel de Viseu.

Alfonso no podía estar más decepcionado, después de tanto esfuerzo su padre le había «recompensado» con otra bastarda, y no con la heredera legítima del trono portugués.

Torre de los Álvarez de las Asturias (Trubia, Gijón/Xixón)

Pero cuando Enrique muere, en 1379, Alfonso perderá otro tren al adelantársele su hermanastro Juan, quien echó todavía más leña al fuego prohibiendo a los nobles cobrar impuestos a la Iglesia. En 1383 Alfonso conspira contra él, pero sus planes son frustrados por el obispo de Oviedo/Uviéu, Gutierre de Toledo. Lejos de achantar, cuando se entera de los preparativos para el matrimonio entre Juan I y Beatriz, la heredera legítima del trono portugués, el conde acaba estallando. Era el acabóse.

Viendo cómo el trono se le volvía a escapar de las manos, el historiador xixonés Estanislao Rendueles describe cómo Alfonso intentó entonces crear un estado independiente de la Corona en la primavera de 1382, ofreciendo el puerto de Gijón/Xixón a ingleses y portugueses. Fracasó. Las tropas castellanas invaden Asturias por mar y tierra, y aplastan la resistencia de los castillos de Cangas y de Tinéu. Después del asedio de Gijón/Xixón Alfonso será hecho prisionero y todos sus dominios van a ser confiscados por la Corona. Nada distinto a un desahucio de los de hoy en día… De esta manera, la importancia de esta rebelión fue determinante para que Juan I crease el PRINCIPADO DE ASTURIAS en 1388, una fotocopia de la conquista inglesa de Gales que supeditaba los señoríos asturianos directamente a la autoridad real. Y no, este título no era un premio, era un mecanismo de sometimiento a los castellanos.

«(…) que la tierra de las Asturias que nós tomamos para la Corona del Regno por los yerros que el conde Alfonso nos fizo…

Juan I de Castilla

Enrique III (hijo de Juan I) y Catalina de Lancaster serán los primeros príncipes, y Asturias se convertirá en un Risk particular donde se entrenarán en las tareas nel gobierno. Parecía que la historia de nuestro conde iba a acabar aquí, pero la repentina muerte de Juan I en 1390 y la minoría de edad de Enrique III provocó un caos que Alfonso supo aprovechar a su favor, y después de 6 años preso recobró por fin su libertad y posesiones. Estaba preparado para hacer otro intento de independencia en 1395, the last, el definitivu, l’arrancadera…

Inmediatamente, los castellanos entran en Asturias por el puerto Payares con una fuerza de 2.600 hombres, y asedian la ciudad de Gijón/Xixón por segunda vez. Alfonso Enríquez marchará a Baiona para recabar apoyo militar, pero entonces, ¿quién quedaba al mando de la defensa de la villa? Nada menos que su mujer, la portuguesa Isabel, y sus partidarios, como Cortés de Parres, muy inferiores en número, pero apoyados en la morfología del peñón de Cimavilla, totalmente aislado durante la pleamar. El rigor del invierno enfrió los ánimos y ambas partes se avinieron a una tregua en la se que buscó la mediación del rey de Francia, pero la guerra se reanudaría en agosto. Durante ese tiempo los castellanos ensayarían el uso de artillería contra las murallas, en lo que sería el primer testimonio del empleo de pólvora en el norte peninsular.

Después de un mes resistiendo a la desesperada, Isabel rinde la plaza ante a falta de refuerzos. Era 6 de septiembre, una efeméride que quedará por siempre grabada a fuego en la historia de Asturias:

“Quemaronse los palacios del rey Pelayo (…) y también la Iglesia de La Virgen María, levantada sobre el faro herculino, las casas todas de la ciudad, la Iglesia de San Juan levantada sobre el templo de Apolo, la torre Augusta fue demolida y también los establecimientos de las cohortes, todo fue demolido y quemado y se arrojó sal sobre las tierras para hacerlas infértiles”…

Enrique III de Castilla
Desgraciadamente, casi todo lo que conocemos sobre esta historia corresponde a la versión de los vencedores, como la crónica de López de Ayala, que participó en persona en el asedio de Xixón. Cronistas que sembaron sus escritos de falsedades tales como que la «mala fembra» de Isabel había incendiado la ciudad antes de entrar los castellanos…
 
«Mas este chronista (…), e todos os mais escriptores Castelhanos, mostrarão-se sempre e mostrarão-se ainda hoje tão pouco affeiçoados ao Senhor D. João I, que tudo quanto elles dicem em desabono do caracter deste Illustre Principe, deve ficar, pelo menos duvidoso (…)»

Como castigo, Enrique III retirá a Xixón el privilegio de comerciar por mar, que pasaba ahora a San Vicente de la Barquera, y prohibirá a los vecinos volver a poblar Cimavilla, los cuales tuvieron que buscarse la vida en la zona de Somió durante años (y no en los chalets de hoy, precisamente). Pero hubo otras consecuencias; la caída en desgracia de las familias partidarias de los Noreña y el ascenso de las valedoras de los intereses castellanos, así como el fortalecimiento de la autoridad de Gutierre de Toledo, responsable de la castellanización de la Iglesia asturiana. Junto a todo eso, el ahora «Principado» vivirá un proceso de disgregación formal del reino de León, desvinculándolo de algunas de sus instituciones y creando otras, como la Junta General, revitalizada por los borbones tras reconocer al Principado como mayorazgo regio desde 1707, quizás para compensar la implantación de un organismo centralista como era la Real Audiencia (1717).

Y así, tras muchos ires y venires, en 1977, dos años después de la restauración de la monarquía, Felipe de Borbón recuperará el título de «príncipe de Asturias», celebrado por muchos asturianos. Otros, en cambio, verán en el título el recuerdo humillante de la derrota de Asturias y de la destrucción de Xixón.

¿Pero qué fue el conde de Noreña? Al parecer, sería asesinado por orden del rey en 1406. Su familia, refugiada en Portugal, fundará el poderoso linaje de los Noronha (Noreña), cuyo recuerdo más tangible bien pudiera ser el visitadísimo palacio de los duques de Bragança, en Guimarães, levantado por D. Alfonso y Constança de Noronha, hija de Isabel y Alfonso Enríquez.

 

Palacio de los Duques de Bragança, Guimarães (Fotografía: VisitPortugal)

Visitas en asturiano a la Catedral y al prerrománico

‘Ser Asturianu’ propone un par de visitas en asturleonés en Oviedo/Uviéu para conocer la Catedral y el prerrománico del Naranco.

 

La Catedral de Oviedo/Uviéu en la literatura asturiana

Las visitas, previstas para el sábado 14 a las 10:00h y a las 16:00h, recorrerá a lo largo de poco más de una hora los distintos espacios del interior de la catedral de Ovied/Uviéu, como son la Cámara Santa, el Claustro, o el Deambulatoriu, de la mano de casi una decena de autores de distintas épocas, desde el Barroco hasta la década de 1970.

Constantino Cabal, Antón de Marirreguera, Ángeles López Cuesta o Xuan María Acebal son slagunos de los escritores escogidos para, desde sus obras, asomranos a la historia del templo gótico y de sus reliquias. Las visitas estarán dirgidas por Denis Soria, guía oficial de Asturias y guía habilitado de la catedral.

Fechas y horarios

– Sábado 14 de septiembre, 10:00h y 16:00h

Punto de encuentro

Fuente de Ia plaza de la catedral (plaza de Alfonso II).

Tarifas y reservas

– Adultos (mayores de 12 años): 10€ *incluye precio de entrada a la catedral (7€).

– Con bono-tarjeta de entrada 12 meses a la catedral: 5€ *deberá presentarse en ventanilla

– Niños (menores de 12 años): gratis

Para apuntarse es imprescindible reservar con antelación en el correo electrónico [email protected]

 

Prerrománico del Naranco

Levantado en el siglo IX en el reinado de Ramiro I, Santa María de Naranco es el único palacio que todavía se mantiene de un monarca asturiano, a escasos 10 min del centro de Oviedo/Uviéu. En esta visita haremos un viaje de más de mil años a un pequeño reinuoque resistía contra el Islam desde sus montes tapados por la niebla, al tiempo que iba recibiendo ideas y estilos artísticos europeos. Bajo la corona de sus reyes éstos se fusionarán con lo autóctono dando lugar al arte prerrománico asturiano, único en el mundo.

A lo largo de nuestra visita nos acercaremos también al templo privado de Ramiro I, Samiguel de Lliño, una iglesia enigmática asituada en el claro de un bosque y repleta de hermosas celosías, donde la restauración actual está sacando a la luz pintures milenaries con interesantes motivos.

Ambos monumentos ramirenses están declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO desde 1985.

Las visitas estarán dirigidas por Denis Soria, guía oficial de Asturias y guía habilitado de la catedral.

Fechas y horarios

– Sábado 28 de septiembre, 11:00h

Punto de encuentro

Centro de Interpretación del Prerrománico (Antiguas Escuelas de Naranco, 33012).

Tarifas y reservas

8€ *incluye precio de entrada a Santa María (3€).

Para apuntarse es imprescindible reservar con antelación en el correo electrónico [email protected]

El Tragamón, el bosque mágico de Gijón / Xixón

Carbayera’l Tragamón. Fotografía: Manuel M.V.

El roble o carbayu (quercus robur) ha sido considerado como un árbol sagrado por muchos pueblos de Europa: los druidas celebraban sus ceremonias retirando ramilletes de muérdago de sus ramas, que lluego usarían en sus pociones, los griegos los consagraban a Zeus, hubo carbayos levantados en honor a Júpiter en las siete colinas de Roma y La Biblia alude al roble entre las muchas maderas con las que se construyó el Arca de Noé. Es además el símbolo del pueblo vasco, pues era bajo el árbol de Gernika donde los reyes juraban respetar los fueros. Y fue gracias a uno de estos famosos y añejos árboles, ubicado en la calle Uría, por lo que los ovetenses reciben cariñosamente (o no) el gentilicio de carbayones.

Una de las manchas de carbayos más antiguas y extensas de Gijón/Xixón podemos encontrarla en el barrio de Cefontes (de cien fuentes), solar del apellido Cifuentes. Se trata de la Carbayera’l Tragamón, un lugar muy apreciado por las familias xixonesas para pasar la tarde del domingo. Algunos suelen dividirla en dos, refiriéndose al bosque situado al norte de la carreterina de La Isla como la Carbayera de los Maizales. Ésta recibe su nombre de un antiguo merendero próximo con bastante fama en los 70, pero no existe como tal, sino que es una continuación de la del Tragamón, integrada parcialmente dentro del recinto del Jardín Botánico Atlántico desde 2003.

Guapo y curioso es el nombre de Tragamón, que aparece en la documentación del siglo XVI como «Tregomón», lo que nos invitaría a pensar que habría derivado de «tres del gamón» (detrás del gamón), una planta silvestre de flores blancas. Sin embargo, nada se sabe con certeza.

Toda la carbayera es Monumento Natural, con  ejemplares de hasta 500 años y 28 m de altura. Está dividida en dos zonas: la que pertenecía a la finca de La Isla, y la de terreno comunal. La primera de ellas responde a un crecimiento más natural sin intervención humana, mientras que la segunda fue aprovechada polos vecinos para leña hasta 1905, de ahí su crecimiento más irregular y a la vez tan fascinante.

Esta zona tuvo una gran importancia en la historia de La Transición en Asturias, pues aquí se celebró el célebre Día de la Cultura entre 1972 y 1984, una gran fiesta donde llegaron a actuar Ana Belén y Víctor Manuel, Nuberu, Rosa León y un ciento de artistas próximos a los movimientos de izquierdas. Su gran promotor fue Óscar Roza Riera, natural de Cimavilla, quien ilusionó a sus compañeros para llevar adelante este evento que juntó a varios colectivos y que fue, en definitiva, el germen de nuevos movimientos y partidos durante la moribunda dictadura franquista.

¿Es Gigia el origen de Gijón?

¿Por qué el nombre de la mayor villa y conceyu de Asturias continúa siendo una incógnita?

La denominación de la villa y conceyu de Xixón ha variado en la documentación histórica a lo largo de los siglos. Geygion, Gigon, Giion, Gyjon, Xijon, Jixon y Xixón son algunas de las formas que se pueden rastrear en el papel. Pueden parecer diferentes, pero tanto el asturiano como el castellano lo habría pronunciado de forma casi idéntica hasta el siglo XVI, momento en que el castellano empieza a vocalizarlo como la actual «j». Así, el castellano mantuvo de alguna manera la grafía antigua con una pronunciación novedosa, mientras que el asturiano mantuvo la pronunciación histórica con una grafía algo más moderna (documentada ya desde 1634).

Vista de la costa central de Asturias, Pedro Teixeira (1634)

¿Pero de dónde procede ese nombre tan estraño? Nadie lo sabe con certeza, aunque no faltaron teorías de lo más disparatado. Tirso d’Avilés señaló su origen en el nombre de ‘Gerión’, un gigante mitológico al que Hércules roba el rebaño, al tiempo que Gregorio Menéndez Valdés habría propuesto ‘Ogixas’, uno de los nombres de Noé. Hubo hasta quien quiso ver el nombre de un rey etiope, ‘Gigon’. Sea como fuere, una de las propuestas de mayor éxito y calado sería ‘Gigia’. El parecido gráfico y fonético (aunque solo en apariencia) de esta antigua urbe romana con el nombre en castellano le granjeó gran popularidad, al punto de bautizar a la asociación de vecinos y algunos nombres comerciales. Sin embargo, el propio Jovellanos expresará sus dudas acerca de su viabilidad, pues Gigia (pronúnciese guíguia) no era sino el nombre de una población de la Asturia cismontana, esto es, situada en territorio de la actual provincia de León. Un nombre que pudo incluso haber evolucionado hasta la actual Cea.

Descartado queda, por tanto, identificar Gigia con Gijón/Xixón, como nos apunta Ramón d’Andrés en su Diccionariu toponímicu de Xixón (2007). Aquí podremos descubrir algunas curiosidades sobre éste y otros topónimos del conceyu, recogiendo algunas hipótesis algo más científicas. Las principales se resumen en dos; una desarrollada por Unamuno en referencia a un posible SAXUM, un peñasco o promontorio (algo verosímil si atendeamos al perfil de Cimavilla) y otra elevada por Xose Lluis García Arias en torno al genitivo de un poseesor, tal vez IAIONUS, IEIONIUS o GEGIONUS.

Conjeturas aparte, el origen del nombre de la villa y conceyu más poblado de Asturias sigue siendo, a día de hoy, un verdadero misterio.

 

[«la billa de xixon» 29 de agosto de 1635] Incluido en un informe sobre defensa que remitió Fernando Valdés a Felipe IV., se trata del plano de Gijón/Xixón más antiguo que se conserva.

10 cosas que no sabías sobre la montera picona

1. ¿De dónde viene la montera picona?

En origen habría sido un gorro con dos alas que podían bajarse para proteger las orejas del frío, pero desconocemos su antigüedad. Por el momento puede rastrearse a partir del siglo XVIII, por lo que podría haberse usado -fácilmente- ya en la Edad Media.

Como dijimos, en invierno se bajaban las alas para capear la lluvia, el orbayu o el viento, pero en verano también podía usarse de visera, gracias a la sombra de su picu baxu, como hace este vecino de Cangues retratado en 1895 por William Selkirk.

2. La montera tiene partes y todas tienen nombre.

La que cubre la cabeza se llama «casquete», mientras que las alas reciben el nombre de «ales» o «nales», terminadas en un «picalín». A partir de ahí se distinguen un par de variantes:

A) La de dos picos.
B) La repicona o picona propiamente, que suele tener reborde.

3. ¿El Quijote con montera picona?

El famoso hidalgo manchego fue retatado con montera picona por el pintor xixonés Evaristo Valle en 1948. Algunos dicen que quiso ironizar con el personaje de Cervantes por la imagen pésima que da de los asturianos en su novela…

4. La forma de llevarla podía indicar el estado civil. ¡MEJOR QUE EL TINDER!

– Si estaba con la nala recta: casado y formal.

– Si estaba con la nala terciada: disponible.

– Si tenía prendidos dos alfileres de cabeza roja en el reborde: enamorado y correspondido.

Además, antiguamente el picalín se adornaba con un ramillín o una pluma de pavo real, que luego se regalaba a la enamorada.

5. La montera no se quitaba ni dentro de la iglesia

Lo que suscitó la ira del obispo de Uviéu (el castellano Agustín González Pisador), quien obligó a los asturianos a descubrirse en el templo desde 1786.

6. Las mujeres también llevaron montera

Pero la abandonarán tempranamente, de manera que en 1889 solo se documenta entre las vecinas de Ponga y Amieva (aunque siguió siendo habitual que las viudas llevasen puesta la montera de su difunto marido).

La carbayona Marica Andayón (1764-1848), heroína de la Guerra de la Independencia, era conocida por vestir montera y capa masculina, por lo que era machistamente apodada «Pericu» (marimacho) Andayón.

7. Y los vaqueiros d’alzada…

Tal y como describió Jovellanos, pero fueron sustituyéndola a lo largo del siglo XIX por el sombrero leonés como elemento de diferenciación con respecto a los xaldos.

8. Fue usada en el pueblo cántabro de Tresviso

Debido a su gran relación con Cabrales.

9. La Pola Siero era la capital de la montera picona

La mayor parte de las que se usaban en Asturias se confeccionaban aquí, llegando a figurar 20 sastres y montereros en 1771.

10. Los últimos en usar la montera a diario fueron…

Ulpiano García, el sacamuelas de Salcéu (Quirós) y Antonio Campillo (el tíu Casona), nacido en Bulnes (Cabrales). Ambos llegaron a conocerse en las fiestas de San Mateo de Uviéu en 1924, invitados por el etnógrafo asturianista Aurelio del Llano.

No logramos averiguar la fecha de fallecimiento de cada uno, pero en 1928 Aurelio del Llano escribe en sus Bellezas de Asturias que Ulpiano era ya el único asturiano que vestía el traje del país, conque es posible que Antonio hubiese fallecido antes de esa fecha.

La uniformización de la moda que impuso la Revolución Industrial había acelerado el declive de la montera en el cambio de siglo, abandonándose definitivamente como prenda de uso diario en la década de 1920. Desde entonces pervivirá en las solemnidades, como símbolo de la identidad asturiana.

En Ser Asturianu lo tuvimos claro, la montera picona representaba como ningún otro icono el espíritu de asturianía y por ello decidimos que tenía que ser nuestra marca.

En fin, ahora ya sabes lo básico sobre la montera picona, ¿a qué esperas para ponerla en la mollera?

Los Cabornos, el reino del castaño

Situada en el Parque Natural de Redes, la ruta de Los Cabornos es un paseo de casi dos horas por uno de los sotos de castaños centenarios más representativos del valle del Nalón.

Asturias es la mancha de castaños más grande de Europa, con cerca de 58.000 ha, aunque pocos de sus castañeos se aprovechan económicamente. Pese a contar con variedades autóctonas de castaña de enorme calidad, como la valduna (de gran fama en el conceyu de Les Regueres), solo producimos 120 toneladas al año, muy lejos de nuestros vecinos gallegos y leoneses. Su relación con la cultura tradicional asturiana, con todo, ha sido y es muy profunda; sus frutos otoñales aplacaron el hambre durante los años de miseria y su madera ha sido la más empleada en la construcción de hórreos y paneras (incluso en las galerías de las minas de carbón).

Comenzaremos en el pueblo de Campiellos, en Sobroscubiu, al que se accede desde Rusecu. Cabe aclarar que el nombre de este conceyu (Sobroscubiu) hace honor a su belleza vertical, pues en asturleonés un escobiu no es otra cosa que un peñasco o desfiladero, al tiempo que sus habitantes son conocidos como coyanes. La localidad contiene una muestra fascinante de arquitectura tradicional, con sus tabiques de ciebu o cebatu, sus tenaes (pajares) o sus horros con algunos pegoyos sin cantería, característicos de la zona. Nosotros seguiremos la ruta -perfectamente señalizada- por detrás de la bolera, hasta llegar a un rótulo que indica la zona de Los Malatos.

A unos pocos metros encontraremos las primeras cuerries o corripes, unos muretes de piedra circulares donde se almacenan las castañas cañueles (las que caen del árbol). Allí se tapan con hojas y helechos para mantener la humedad y conservarlas durante más tiempo, hasta que se desprenden del muergu o erizo (esto es, esmorguen), de ahí el nombre de las pinzas de madera con las que tradicionalmente se recogen los muergos; les morgaces. Otra forma de conservar las castañas es secarlas o ahumarlas en las casas, quedando duras y arrugadas. Son las conocidas mayuques, que acompañaron los potajes mucho antes de la llegada de la patata.

Continuaremos hasta La Llosa’l Llanu atravesando un bosquete adehesado de robles rebollos (Quercus pyrenaica), con sus troncos irregulares envueltos por mofos y alíquenes. Luego nos espera un camino de bajada con vistas sobre el Picu la Xamoca (1281 m) donde nos aguardan decenas de castaños centenarios. Quizás nos pueda sorprender que los castaños de Los Cabornos no sean esbeltos y alargados, como cabría esperar de árboles maderables, sino que en su mayoría son grandes troncos gruesos y achatados. A lo largo de siglos, estos árboles orientados a la producción de castañas fueron sometidos a injertos y podas que dejaron la madera del interior al descubierto, a espensas de la voracidad de los hongos, y poco a poco estos troncos quedarían totalmente huecos. Serían éstos los llamados cabornos o caboxos, cuyas formas imposibles inspirarían seres fantásticos, como trasgos y busgosos.

Por otro lado, durante mucho tiempo existió la creencia de que había sido un árbol traído con los romanos, pero los análisis del pólen fósil sitúan su presencia en el Cantábrico desde hace, por lo menos, 21.000 años. ¡Asturianos de pura cepa!

Desgraciadamente, tras miles de años su reinado está en amenazado por la viespa de la castañal (la avispilla), una plaga de origen chino muy dañina cuya picadura forma unas agallas que dificultan el crecimiento del árbol y reducen la producción de frutos hasta un 70%. No es un problema para tomarse a la ligera, pues no hay un solo castañéu asturiano que no esté afectado.

En el camino de subida hasta La Cullá l’Arcu encontraremos algunos ejemplares majestuosos de robles albares (Quercus petraea), algo más robustos y firmes que los carbayos comunes, salpicados por claros cubiertos de gamones con vistas a algunos picos emblemáticos como el Cuyargayos (1391 m) o sobre el propio valle del Nalón a la altura de Comiyera. Desde aquí podemos tomar el desvío hasta La Xamoca o continuar por un camino de bajada que nos llevará hasta el punto de partida en Campiellos. Esta ruta circular sencilla de apenas 2,5 km la habremos completado en 1,5 h, por lo que podemos decir que es ideal para hacerla con niños.

L’asturianu pierde los dientes por beber la sidra frío y les castañes calientes.

 

Agostu secu, castañes en cestu; agostu moyáu, el castañéu ya ta atropáu.

 

Castañes verdes per nadal saben bien y pártense mal.

 

En tiempu la castaña, el que la paña la paña.

 

 

es_ESEspañol